Allí dónde dos colores chocan con fuerza, se fusionan, se hacen un pequeño punto y luego una monumental explosión. El principio del todo, pero sobre todo el principio del fin.
Cuál ola imponente un azul profundo avanza por la derecha, esperando impactar contra ese tímido, no obstante hermoso verde que avanza directo hacia él. Y allí chocan, y allí están sus ojos, y allí empieza la vida, y allí termina.
Lo magnífico de sus ojos. Son solo cinco segundos que se necesitan para mirar profundamente, para sentirse abrumado por tal perfecta belleza. Y en ese instante, parece que hay algo dentro del cuerpo que quiere escaparse y volar directo al universo que existe escondido detrás de aquellos ojos. Como un niño que por primera vez siente esa sensación en su estómago cuando cae al vacío, el vértigo y la adrenalina. Y la sangre fluyendo con furia. Y el viaje comienza otra vez.
Y sus ojos describen una sonrisa que miente. Ya eres un esclavo.
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