viernes, 11 de enero de 2013

Prosa de Julia

Lento, pesado, denso. El aire golpea inclemente por cada paso. 
Y de inclemencia entiende la superficie arenosa que retrasa el avance. 
Voy. Persisto. Medio muerto; medio vivo. Respiro. Y me quemo.

Veo el útero del horizonte, la humedad la envuelve. Allí está, Julia.
Voltea sobre su hombro. Blanca y estridente puerta de entrada, y salida.

Sólo lujuria aspiro de tu sexo. Vil asesina de formas.
Sendero de clavos manchados de mi sangre.

No hay dos espaldas. 






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