Comienzo del flashback:
"Efectivamente hace una semana sucedía aquello que hoy te tiene sin dormir, por lo psicosomático de tu personalidad también te tiene medio enfermo, (aunque a esto también pueden haber contribuido las últimas tres borracheras en cinco días) y que finalmente te produce esta desesperación en aquella dialéctica entre la nostalgia y lo correcto".
"A la noche de una al bar más cercano, acompañado siempre de tus fieles amigos, a esperar que tus problemas se disuelvan en cuatro o cinco litros de cerveza. Varias voluntades tratando de levantar el ánimo generan algo de diversión. Corre el escabio, y cada vez con mayor facilidad la risa domina el ambiente. Pasó una persona que te llevó por asociación a tu problema, se te viene a la cabeza la mierda de estar vivo y con toda la birra que tomaste se da un vuelco casi ridículo de alegría a desesperada tristeza".
"Te fuiste a la concha de la lora a pensar y evitar los problemas, casi una alegoría a esconder la mugre debajo de la alfombra. Pero en la concha de la lora te sirven choclos, sí, choclos, aquella comida que tanto fascinaba a eso que no querés recordar. Afloran los lindos recuerdos y de repente, paf, no podés comer el choclo sin llorar como un idiota".
Solo con algunos de esos sucesos, es increíble como a uno aunque no lo quiera, se le empieza a dibujar una sonrisa en el rostro. Y claro, decís "che la puta madre, al final esto es material clásico para una película de Woody Allen". Tenés al personaje principal, triste, inseguro, hipocondríaco. Tenés las situaciones más absurdas y ridículas de la historia, que paradójicamente a su vez son lugares comunes, clisés, lo que lo hace aún mas gracioso. Tenés un contexto para nada deseable a nadie pero que a todo el mundo le pasa, y en casi todos los casos, todo el mundo lo supera.
Es inevitable entonces seguir recordando qué fue sucediendo en el tiempo que transcurrió desde aquello que te hace verdaderamente mierda hasta hoy. Y pasa lo obvio: seguís viéndote en situaciones absurdas, mandándote todas las cagadas, quedando en ridículo con todo aquel que te rodea. Y quieras o no, te causa gracia. Probablemente de la risa pases al llanto otra vez porque esto no es medicina aprobada. Y eso a su vez va a formar parte de aquellos sucesos de la última semana, y te va a causar gracia.
Si por algo, yo personalmente (cuanta redundancia) puedo decir que Woody Allen es un genio, es por haber podido plasmar en el cine una crítica directa, sin mediaciones, cínica e irónica, acerca de él mismo.
Este ejercicio, en menor medida, se trata de lo mismo. "Todo va a estar bien", suena positivo y es lindo escucharlo, pero nadie puede predecir el futuro y mucho menos afirmar semejante cosa. Seguramente todo lo contrario, por varios días, o meses, vas a seguir sufriendo, te vas a sentir un pequeñísimo, ínfimo pedacito de mierda. Vos mejor que nadie sabés que tus problemas son serios, porque, ¿quién mejor qué vos para determinar la seriedad e importancia de tus propios problemas? No se trata de reducir la "calidad" del problema. Las cosas son y están, y contra eso no podés hacer nada, salvo una cosa: reírte de vos mismo. Si los problemas no fueran serios, sus consecuencias nunca serían tan graciosas.
Vas a luchar, dar pelea, ponerle muchas pelotas, y eventualmente todo podría mejorar. Mientras tanto, imaginate que sos Woody Allen y filmá tus problemas. Te vas a mear de risa.
Consideraciones finales:
Me estoy riendo, sobrada evidencia hay del porqué.
De alguna manera este texto podría ir dedicado a un gran amigo, cínico como el solo, que mejor que nadie sabe reírse de sus problemas y parece dar cátedra de eso a quiénes lo rodeamos.
Esto no equivale a mecanismo de auto-defensa, ya que los problemas existen y seguirán existiendo. Pero mejor llevarlo con algo de gracia.
Hasta la próxima.
Bienvenido a este espacio Chino. No conozco en profundida a Allen pero sé lo que te pasa y te comprendo.
ResponderEliminar"¿Quién mejor qué vos para determinar la seriedad e importancia de tus propios problemas?" es una gran frase, si es tuya te felicito, seguro que es tuya. Al fin y al cabo, no hay que sufrir tanto y tratar de vivir lo mejor posible: somos una infimísima parte en el historia, pero somos protagonistas de la nuestra.
Pensar es algo sagrado que tiene el hombre y que lo hace como tal. A través de este ejercicio probablemente lleguemos a alcanzar algo parecido a la felicidad. Eso, y estar tranquilos con nosotros mismos. "El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria" (Sabato).
Bueno me fui por las ramas, saludos amigo.